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El inédito modelo público-privado que llevó a un colegio de Alto Hospicio a la excelencia

  • Foto del escritor: premioled
    premioled
  • hace 7 días
  • 5 Min. de lectura

 El establecimiento dejó atrás la estigmatización y el rezago académico para convertirse en un referente regional muy demandado por las familias. Hoy, su sostenibilidad depende de una glosa presupuestaria que se debate anualmente.


 En 2011, el Liceo Bicentenario Minero de Alto Hospicio —entonces con 110 alumnos y resultados académicos precarios— parecía atrapado en un ciclo sin sali da. Pocos alumnos egresaban, y me nos aún ingresaban a la educación superior. Los problemas de discipli na eran frecuentes, y el colegio arras traba un estigma social desde co mienzos de los años 2000: víctimas del conocido psicópata de Alto Hos picio eran estudiantes de esa escuela. Según recuerda César Gavilán, hoy director ejecutivo de la Funda ción Collahuasi, en ese entonces la situación era tan crítica que “los alumnos orinaban en las escaleras” y “una inspectora recibió un pupitre lanzado desde un segundo piso”.


Fue en ese con texto de deterioro que surgió una alianza inédita: el municipio de Alto Hospicio pidió apo yo a la Fundación Collahuasi, brazo social de la minera del mismo nombre. Esta propuso una intervención pro funda, pero con una condición: hacerse cargo completa mente de la gestión. En ese momen to, sin una figura legal para conce sionar colegios públicos, se optó por un modelo “sui géneris”, pues nun ca antes se había hecho, a través de un convenio tripartito entre el mu nicipio, la Fundación Collahuasi y la red de colegios SNA Educa.


Cambios


Los cambios en el liceo no se hi cieron esperar. En 2012, el colegio fue relanzado con la dirección técni ca de la red SNA Educa. Se reformu ló el proyecto educativo, se contrató a un nuevo equipo docente con fuerte liderazgo pedagógico, y se aplicaron estrategias de contención, nivelación y formación integral. “Detuvimos el currículum y empe zamos a enseñar desde donde los En 2011, el Liceo Bicentenario Minero tenía apenas un centenar de alumnos. Hoy son más de mil y tiene una altísima demanda por cupos, los que se entregan aleato riamente a través del Sistema de Admisión Escolar.


Sus resultados Simce lo posicionan en la categoría de desem peño Alta de la Agencia de Calidad de la Educación. En 2011, el Liceo Bicentenario Minero tenía apenas un centenar de alumnos. Hoy son más de mil y tiene una altísima demanda por cupos, los que se entregan aleato riamente a través del Sistema de Admisión Escolar. Sus resultados Simce lo posicionan en la categoría de desem peño Alta de la Agencia de Calidad de la Educación. alumnos sabían”, explica Gavilán, quien en un comienzo fue director del establecimiento. La transformación fue tanto aca démica como cultural. Se imple mentaron rutinas diarias de acogida, profesores desayunando con los es tudiantes, recreos con actividades y se puso atención a detalles que pare cen pequeños pero que marcan una diferencia, como mantener los baños limpios y funcionales. En paralelo, se mejoró la infraestructura, se ins tauraron mediciones internas men suales y se puso énfasis en la forma ción en valores de los estudiantes. Luego, en 2015 se dio un paso de cisivo: se eliminaron las especialida des técnicas que no tenían empleabi lidad en la zona, como enfermería y mecánica automotriz, y se creó una nueva línea formativa vinculada di rectamente a la industria minera, con énfasis en operación de camio nes de extracción de alto tonelaje. La conexión con el mundo laboral no fue retórica. “Los alumnos suben a faena, reciben clases de operadores de la compañía y cada año entre 30 y 50 estudiantes egresados se van tra bajar en minería”, dice Gavilán.


 Alianza a tres bandas


El modelo funciona bajo una go bernanza tripartita. La Fundación Collahuasi financia mejoras, articu la con la industria y supervisa; SNA Educa gestiona el proyecto pedagó gico y el equipo humano; mientras que el sostenedor legal es actual mente el Servicio Local de Educa ción Pública (SLEP) de Iquique, que canaliza los fondos públicos. La instalación del SLEP, sin em bargo, no estuvo exenta de tensio nes. Aunque la ley permite cierto grado de flexibilidad, en la práctica hubo meses de negociaciones para mantener el modelo en pie. “Fue un proceso muy difícil”, reconoce Goighet Andrade, directora del li ceo desde hace siete años. “Tuvimos que pelear para mantener nuestra autonomía. Hoy somos el único co legio del SLEP que sigue con admi nistración propia”, suma. El acuerdo fue posible gracias a una glosa en la Ley de Presupuestos que autoriza el traspaso de fondos públicos a una institución privada sin que eso implique un mayor cos to fiscal. Pero, como señala la direc tora, “este modelo pende año a año de una decisión política. Mientras no quede consagrado en la ley, no hay certeza”.


 Hoy el liceo tiene más de 1.200 estudiantes y una demanda de matrícula que supera los 2.000 postulan tes. Ha sido reconocido por sus resultados académicos, con un puntaje Simce que lo posiciona como el primero a nivel comunal y sexto a nivel regional, y por la empleabilidad de sus egresados. Exalumnos han ingresado a universidades de prestigio, entre ellas la U. de Chile y la U. Católica, y obtenido puntajes nacionales en la PAES, como Patricio Jara este año. Además, otros ya trabajan en compañías mineras de todo el país. Asimismo, el modelo ha sido re plicado en la comuna de Pica, cuyo sostenedor es el municipio, con resultados igualmente positivos. Se gún Marta Estruch, directora acadé mica de SNA Educa, “este tipo de alianzas virtuosas permiten combi nar la equidad que entrega lo públi co con la pertinencia y eficiencia del mundo privado. Pero requieren confianza, autonomía y una institu cionalidad que lo respalde”. Desde el SLEP de Iquique, su di rectora ejecutiva, Ana María Bustos, valora la experiencia: “Este conve nio, si bien va a tener que sufrir al gunos ajustes, ha sido un buen mo delo. El año pasado fue un año bien positivo, que necesita ajuste y mejo ra, por supuesto, como cualquier ci clo de mejoramiento”.


Transformar la educación técnica


La instalación de los SLEP no ha estado exenta de críticas, sobre todo cuando los colegios a administrar han tenido buenos resultados bajo el modelo municipal. Por eso, para el actual alcalde de Alto Hospicio, Pa tricio Ferreira, este modelo no solo debería replicarse, sino instalarse co mo política pública: “Si todas las em presas se involucraran de esta mane ra, como en el modelo dual alemán, podríamos transformar la educación técnica en Chile”. Y enfatiza: “Aquí gana el estudiante, la familia, el Esta do y la empresa, porque forma a sus futuros trabajadores”.


Hoy el mayor desafío no es peda gógico, advierten desde el liceo y la red SNA Educa, sino político, ya que la continuidad del modelo depende de decisiones presupuestarias anua les, y su replicabilidad está limitada por la falta de una normativa clara que permita concesionar la gestión pedagógica de colegios públicos a instituciones especializadas, sin perder la titularidad estatal.


Mientras tanto, en Alto Hospicio, cientos de jóvenes siguen encontran do en el Liceo Minero no solo una op ción educativa, sino una oportuni dad real de cambiar su historia. “Hi zo un cambio de 180 grados en mi vi da; no solo me entregó las herramientas para desempeñarme en minería, sino que también me en tregó confianza, buenas amistades, y valores que aún conservo”, destaca Francisco Bustamante, exalumno.


“Sus aulas no eran sillas y mesas en donde uno se sentaba a escuchar, brindaban seguridad y te daban un propósito”, agrega Catalina Gonzá lez, quien hoy estudia Obstetricia y Puericultura en la U. Católica.





 
 
 

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